Albert Einstein, el genio eterno
Se revelan y se publican, por primera vez, 110 manuscritos inéditos de gran interés e importancia del extraordinario físico alemán Albert Einstein (Ulm, Alemania 1879 - Nueva Jersey, Estados Unidos 1955).
Estos documentos se encuentran expuestos en la Universidad Hebrea de Jerusalén que ya dispone de una colección de más de 80.000 artículos del físico que incluyen textos divulgativos y científicos, medallas, diplomas o fotografías tales como el certificado de nacimiento del físico, el telegrama que le anunció la concesión del Premio Nobel de Física que recibió en 1918 mientras se encontraba de viaje en el Lejano Oriente, sus artículos Sobre la electrodinámica de cuerpos en movimiento (1905), donde se plantea la teoría especial de la relatividad, o Las ecuaciones de campo de la gravitación (1915), en las que trabajó una década para desarrollar la teoría general de la relatividad, escritos personales en los que habla de sus proyectos de futuro, las cartas de amor a Mileva Maric, incluidas algunas donde manifiesta su preocupación por la hija ilegítima que tuvieron antes de contraer matrimonio y la carta al físico Max Planck donde le expresa su temor a ir a Berlín tras recibir amenazas de muerte.
Los textos que ahora se muestran son de una enorme transcendencia y se tratan de una página, que no estaba localizada, de un estudio sobre la Teoría Unificada que Albert Einstein elaboró en un apéndice en 1930. En este estudio el científico trataba de unificar en un sola teoría, la explicación de todas las fuerzas de la naturaleza.
También comprenden documentos dedicados, en su gran parte, a múltiples cálculos matemáticos realizados por el físico.
En los documentos, igualmente, hay textos personales y cartas enviadas a sus amigos. Entre ellos resulta muy curiosa la carta que envió a su gran amigo el ingeniero MIchele Besso en el que el que le confesaba que, después de 50 años de dedicación, no entendía la naturaleza cuántica de la luz.
También destaca una nota que le envío, en 1935, a su hijo Hans Albert, en el que le expresaba su preocupación por el surgimiento del partido nazi en Alemania, expresándose del siguiente modo: "Incluso en Alemania las cosas están empezando a cambiar lentamente. Esperemos que no tengamos primero una guerra en Europa". El propio Einstein salió de Alemania con rumbo a Estados Unidos en 1933 después de la llegada al poder de Adolfo Hitler.
Los documentos fueron comprados por la Fundación Crown-Goodman a un coleccionista personal que vivía en Estados Unidos. La fundación posteriormente donó los documentos a la Universidad Hebrea.
Todos estos documentos se encuentran depositados en la Universidad Hebrea por deseo del propio Albert Eintein a quien dejó su legado, y a que fue uno de los fundadores de esta institución y se mantuvo como su gobernador no residente hasta su fallecimiento.
En definitiva, todo ello resulta emocionante al poder disponer de todo el material necesario para estudiar y comprender a uno de los más fantásticos genios del siglo XX.
"No tengo talentos especiales, solo soy apasionadamente curioso” (Albert Einstein)