Ausente
...Seguía allí atrapado, pero él no lo sabía, hasta que dejó de distinguir entre paredes, techos, suelos …y su propia imagen callada en el espejo.
Cuando se marchó de allí poco dejó de sí mismo, apenas unos cigarrillos, sus huellas en el escritorio y su olor en la fría estancia; pero nunca lograré comprender cómo pudo olvidar aquella nota donde yo le confesaba con letra de adolescente lo muchísimo que le amaba.