Stan Lee, un superhéroe

Hoy se conoce el fallecimiento de uno de los más grandes creadores de comics. Se trata de de Stanley Martin Lieber (Nueva York 1922 - Los Angeles 2018). Más conocido con su nombre creativo que es Stan Lee.

En 1940 comenzó a trabajar como ayudante en la editorial Timely comics que fue el origen posterior de Marvel Comics. En 1942 comenzó a realizar los guiones de Capitán América. En 1961 creó Los 4 Fantásticos. Conjuntamente con Jack Kirby y Steve Ditko dió origen a varios de los personajes legendarios de Marvel Comics. También en 2001 comenzó a colaborar con la principal competidora de esta editorial que fue Dc Comics, donde se dibujaban las historias de Superman, Batman y Flash.

Ha sido el creador de personajes como Spider-Man, los X-Men, Iron Man, Thor, el Doctor Strange, Daredevil, Los Cuatro Fantásticos, el increíble Hulk, los Vengadores, Pantera Negra, Silver Surfer, y Nick Fury. También creó otros menos conocidos como El Alto Evolucionador, Blastaar o Rayo Negro. Realmente, llegó a dar vida a más de 60 superhéroes. Últimamente venía trabajando en otro personaje que denominó Dirt Man.

Es tremendamente conocido el lema "Stan Lee presenta" con el que se publican e inician los comics de Marvel, donde, realmente, llegó a crear el llamado Universo Marvel con todos sus personajes y en el que los fans tenían y participaban en un canal directo de comunicación con la editorial.

Una de las características más importantes de los superhéroes de Stan Lee era el rasgo humanizado de los mismos dotándoles de un punto débil para hacerlos más cercanos y admirables.

Una de las anécdotas más emotivas del autor es que cerraba sus entrevistas, presentaciones y escritos con la palabra Excelsior!, con la que quería expresar una idea que era ¡Hacia arriba y adelante por la gloria mayor!.

Realmente, un autor espectacular e inolvidable. El maestro indiscutible del comic porque su huella es tan profunda e inovidable que su recuerdo será permanente y recordaremos algo de él en cada uno de sus personajes.

Por ello, Stan Lee, Excelsior!