Tom Wolfe, un maestro elegante
Se conoce que ha fallecido el maestro elegante e icónico de la literatura y el periodismo estadounidense. Un autor irrepetible y de gran personalidad. Se trata de Thomas Kennerly Wolfe Jr., más conocido como Tom Wolfe (Virginia 1930 - Nueva York 2018).
Estudió periodismo en la Universidad Washington y trabajó como colaborador en The Washington Post, Enquirer y New York Herald. Comenzó escribiendo ensayos críticos en los que sobre una base de enorme realismo social se dedica a describir los más variados aspectos de la sociedad, tales como el sexo, raza, dinero e ideología y en que medida influían y condicionaban a esa sociedad, la estadounidense. Así, bajo esta inspiración, escribió, entre otras, obras como El coqueto aerodinámico rocanrol color caramelo de ron (1965), La banda de la casa de la bomba y otras crónicas de la era pop (1968), El nuevo periodismo (1973), La palabra pintada (1975), Lo que hay que tener. Elegidos para la gloria (1979) o La palabra pintada & ¿Quién teme al Bauhaus feroz? (1981).
En 1980 publica la novela que ya le terminó por dar fama mundial que es La hoguera de las vanidades que relata las costumbres de la sociedad de Nueva York en la década de los 80, bajo el prisma de la más ácida sátira. A continuación le siguió la novela Todo un hombre (1998) en el que describe los conflictos raciales, corrupción de los poderes político y económicos, la ostentación y el sexo con un protagonista que pierde su negocio inmobiliario. Le siguió la novela Soy Charlotte Simmons (2004) que relata el mundo de las universidades de élite y los conflictos de raza y clase del mundo universitario. Su última novela fue Bloody Miami publicada en 2012 que trata sobre la incursión del poder latino en la sociedad.
Lo cierto es que sus obras se han convertido en modelos en las escuelas de periodismo por su dinamismo, su capacidad de provocación, el impresionismo de sus descripciones y el uso abusivo de mayúsculas y de signos de puntuación.
Como curiosidad, siempre utilizaba un traje blanco de tres piezas que se convirtió en su seña de identidad y que viene de la época en la que cuando trabajaba en el Herald Tribune en 1962, una huelga le dejó sin trabajo y sólo podía permitirse un traje que fue blanco y que le valía para verano e invierno. Así mantuvo su costumbre.
No cabe duda que Tom Wolfe ha dejado una impronta extraordinaria en el mundo literario y periodístico que le hace inolvidable y en el que la lectura de sus obras describen con gran sagacidad y temperamento el espíritu de la sociedad estadounidense. Un maravilloso autor.