Y fue... Pérez Galdos
Se cumplen 175 años del nacimiento de uno de los grandes novelistas españoles del siglo XIX. Se trata de Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria 1943 - Madrid 1920). Se dedicó a la novela, teatro, cuento, ensayo y crónica. El estilo de su obra estuvo marcado por una profunda vertiente de realismo social y psicológico obviando toda concesión al romanticismo que había sido dominante. Con un estilo preciso, que evita adornos innecesarios, describió, con gran maestría, los acontecimientos históricos y sociales de España con unos personajes de gran profundidad personal.
Estudió en sus primeros años, hasta el bachillerato, en Las Palmas. En 1867 se traslada a Madrid para iniciar estudios de Derecho, que abandonaría, para dedicarse exclusivamente a escribir. En 1870 publica su primera obra titulada La Fontana de Oro en la que ya se podía entrever su línea de cronista que, posteriormente, desarrolló en los Episodios nacionales. En 1871 publica su siguiente obra La sombra que ya se venía editando por entregas, desde noviembre de 1870, en la Revista de España.
En 1873 inicia la redacción de los Episodios nacionales que se convirtió en una de las obras más extraordinarias de la novela histórica española, en la que un joven lucha por su amada mientras va viviendo por los acontecimientos históricos más importantes de la época. Consta de cinco series de diez novelas cada una de ellas, a excepción de la última, que quedó inconclusa y que recoge la historia desde la Guerra de la Independencia hasta la restauración de Alfonso XII. La primera serie fue 1873-1875, la segunda fue 1875-1879, la tercera fue 1898-1900, la cuarta fue 1902-1907 y la quinta fue 1907-1912.
En una primera época, que el propio autor llamó como de Novelas del primer periodo, publicó obras como Doña Perfecta (1876), Gloria (1877), Marianela (1878) y La familia de Leon Roch (1878).
En una segunda época, y que también el propio autor denominó Novelas contemporaneas, publicó importantes obras como, entre otras, Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Tristana (1892), Nazarín (1895) o Misericordia (1897).
También hay que destacar que escribió algunas novelas que pueden calificarse como experimentales como fueron, entre otras, Realidad (1889), La loca de la casa (1892) y El abuelo (1897).
Igualmente, se dedicó a la adaptación teatral de sus obras entre las que destaca Casandra (1910), aunque la que le dió mayor conocimiento fue Electra (1901) por sus ideas antireligiosas muy tremendas para ser aceptadas en la época.
El 7 de febrero de 1897 accedió al sillón N de la Real Academia Española con el discurso La sociedad presente como materia novelable, que fue contestado por Marcelino Menéndez y Pelayo en nombre de la corporación. Se dedicó en varios periodos de su vida a la política, aunque no era de una actividad de su gusto, Unicamente le quedó pendiente obtener un merecido Premio Nobel, pero que no le fue otorgado por oposición e influencia de los sectores más conservadores y religiosos de la época.
En definitiva, un autor de gran importancia y altura en la creación literaria española, de los más reconocidos y cercanos y con un estilo que le convierte en uno de los más extraordinarios escritores que siempre será recordado.
