Con la emoción profunda...

Este año se cumple el 120 aniversario del nacimiento de un extraordinario escritor estadounidense, de gran carácter y de gran influencia en muchos escritores del Siglo XX. Se trata de William Faulkner (New Albany 1897 - Byhalia 1962). Nacido en el seno de una tradicional familia sudista muy marcada por la Guerra de Secesión, y ello se aprecia, como notable influencia, a lo largo de su obra. Desempeñó diversos trabajos entre el que destaca el de periodista en Nueva Orleans a partir de 1.921. También fue un constante viajero a ciudades tales como Los Angeles, Nueva York, Toronto o París.

En 1.926 publicó su primera novela titulada La paga de los soldados que trata sobre el regreso de un piloto de aviones de la primera Guerra Mundial al que su familia creía muerto y el impacto que ocasiona. A esta obra le siguió su segunda novela titulada Mosquitos publicada en 1.927 sobre las desventuras de los pasajeros de un crucero.

Lo cierto es que al escritor le preocupaba ser aceptado por el público en general y en 1.929 publicó dos obras, Sartoris que se desarrolló en el más típico ambiente sudista y El ruido y la furia en la que el autor experimenta contando la historia por cuatro voces diferentes. Esta última obra ya comenzó a darle el cierto éxito perseguido por el autor. Le siguieron otras novelas como Mientras agonizo (1930) sobre la historia de una familia granjera humilde de Missisipi que desea enterrar a la mujer del granjero entre su familia; y Luz de agosto (1932) que recoge dos historias, una sobre una mujer que busca al hombre que le dejó embarazada y la obra sobre un hombre mulato que acaba ajusticiado por un racista.

Siguió escribiendo novelas y, entre otas, destaca ¡Absalón, Absalón! que narra la historia de la familia Sutpen, antes de la Guerra de Secesión, durante ella y después de ella en el imaginario condado de Yoknapatawpha, en Mississippi.

Siguiendo con la comentada influencia de su base sudista, en 1.938 publica Los invictos, en la que el protagonista narra la historia de su familia ambientada en la Guerra de Secesión estadounidense. En 1.939 publicó otra de sus más interesantes y mejores novelas titulada Las palmeras salvajes que comprende dos relatos titulados Palmeras salvajes y El viejo sobre el enfrentamiento del ser humano con las fuerzas de la naturaleza, sus ambiciones, sus pasiones y sus sentimientos.

A estos escritos le siguieron otras novelas como El villorrio (1940), Desciende, Moisés (1942), Intruso en el polvo (1948), Réquiem para una monja (1951), Una fábula (1954), La ciudad (1957), La mansión (1959) y La escapada o Los rateros (1962). También fue autor de más de una centena de relatos cortos.

El estilo de William Faulkner es contundente y algo atropellado derivado de su carácter compulsivo marcado por una fuerte personalidad y que le llevó a estar años sumido en un alcoholismo destructivo.

Sin embargo, si hubo un hecho que supuso un cambio total en su vida fue la concesión en 1.949 del Premio Nobel de Literatura, ya que, a partir de ese momento, adquirió un gran conocimiento público, si bien ello no corrigió su vida personal.

También obtuvo, por dos ocasiones, un importante reconocimiento como fue en 1.955 el Premio Putlizer por su novela Una fábula y en 1.963 lo volvió a obtener por su obra Los rateros.

Con todo ello, no se puedo dejar de reconocer la gran influencia del autor en otros escritores posteriores como Borges, Rulfo, Onetti, Vargas Llosa o García Márquez.

Pero es que lo cierto es que es un escritor imprescindible, extraordinario y genial donde los haya y la lectura de cualquiera de sus libros o relatos es una experiencia inolvidable y excepcional. Merece un reconocimiento recomendable.