Aquí está... Francisco Umbral
Se cumple el décimo aniversario del fallecimiento de otro de esos escritores de marcado y contundente carácter. Se trata de Francisco Alejandro Pérez Martínez, mas conocido como Francisco Umbral (Madrid 1932 - Madrid 2007). Fue novelista, poeta, ensayista y periodista.
A finales de los años cincuenta y primeros sesenta comienza a escribir, como periodista, en diferentes diarios como El Norte de Castilla, Diario 16, Diario de León, La Vanguardia, El País y Proa. El estilo que emplea en estos textos es muy directo, irónico y provocativo lo que le da gran popularidad.
Su actividad narrativa se inicia en 1.965 con la publicación de las novelas Balada de gamberros y con Tamouré. En estos primeros años, se dedica a la publicación de obras biográficas como Larra, anatomía de un dandy (1965), Lorca, poeta maldito (1968), Valle-Inclán, los botines blancos de piqué (1968), Lord Byron (1969), Miguel Delibes (1970) y Lola Flores. Sociología de la petenera (1971).
Escribió un gran número de novelas entre las que destacan El giocondo (1970), Memorias de un niño de derechas (1972), Mortal y rosa (1975), Las ninfas (1976), La noche que llegué al Café Gijón (1977), Diario de un escritor burgués (1979), Memorias de un hijo del siglo (1986), La década roja (1993), La rosa y el látigo (1994) o Las señoritas de Aviñón (1995), La forja de un ladrón (1997), El socialista sentimental (2000), La república bananera USA (2002), Cela: un cadáver exquisito (2002), ¿Y cómo eran las ligas de Madame Bovary? (2003), Los metales nocturnos (2003), Crónica de las tabernas leonesas (2004) o Días felices en Argüelles (2005).
En poesía cabe destacar Crímenes y baladas, antología de prosas líricas (1981) y Obra poética 1981-2001 (2009).
También publicó varios ensayos como España como invento (1984), El fetichismo (1986), Guía de la posmodernidad (1987), La escritura perpetua (De Rubén Darío a Cela) (1989), Las palabras de la tribu (1994), Diccionario de literatura (1995), Madrid, tribu urbana (2000), Los alucinados (2001), Cela: un cadáver exquisito (2002), ¿Y cómo eran las ligas de Madame Bovary? (2003), Los metales nocturnos (2003) y Días felices en Argüelles (2005),
El estilo narrativo del Francisco Umbral es bastante complejo, original y muy elaborado con continuas referencias al costumbrismo y a lo cotidiano, y siempre sin dejar de lado la ironía y acidez que son parte característica fundamental de su obra, lo que le hizo enfrentarse a ciertos sectores sociales. Lo cierto es que era considerado como un autor poco diplomático ya que siempre expresaba lo que sentía sin importarle las consecuencias. Precisamente, esta manera de ser le otorgó gran popularidad.
A lo largo de su vida ha recibido un gran número de importantes distinciones y premios como el Premio Nacional de Cuentos Gabriel Miró (1964) con Tamouré, el Premio Carlos Arniches (1975), el Premio Nadal (1975) por su obra Las Ninfas, el Premio Mariano de Cavia (1990) por su artículo periodístico Martín Descalzo , el Premio de la Crítica (1991) con su obra Leyenda del César visionario, el Premio Fernando Lara (1997) por La forja de un ladrón.
Asimismo, destacan distinciones que se otorgaron como el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1996), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1997) y el Premio Cervantes (2000).
En definitiva, un extraordinario escritor como pocos que hayan existido, que han dejado una profunda huella. Todo nuestro recuerdo
