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La emoción de la poesía

Se cumplen 60 años desde el fallecimiento de una de las más grandes escritoras iberoamericanas. Se trata de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, mas conocida como Gabriela Mistral (Vicuña, Chile 1889 - Nueva York 1957). Este seudónimo lo formó por la combinación de dos de sus autores más admirados como fueron Gabriele D'Annunzio y Frédéric Mistral.

Hija de un maestro, tras pasar su niñez en los pueblos de La Unión y Montegrande,en 1.904 decidió dedicarse, inicialmente, a la enseñanza. Además de a la literatura y a la docencia, también desarrolló una amplia carrera diplomática que le llevó a viajar constantemente y residir en diversas ciudades latinoamericanas, europeas y norteamericanas.

La obra de Gabriela Mistral se apoya en una poesía que utiliza un lenguaje simple para hacerla más sencilla y humana, con profundas descripciones y preocupaciones por los más desfavorecidos y por los acontecimientos de su tierra.

La autora tuvo su inicio en 1.914, con la obra Sonetos de la muerte con la que obtuvo el primer premio de los Juegos Florales de Chile, y que surgieron del dolor por el suicidio de su prometido. Posteriormente, estos sonetos formaron parte de una recopilación más amplia que se publicó en 1.922, bajo el título de Desolación. En este año se traslada a México para colaborar en la reforma de la educación de Jose Vaconcelos y organizar un proyecto bibliotecario. Fue entonces cuando publica obras como Lecturas para mujeres. Destinadas a la enseñanza del lenguaje (1923) y Ternura (1924). A continuación, terminada su estancia en México, viaja por Europa y Estados Unidos. También en esa época inicia una colaboración como redactora en el diario Tiempo de Bogotá.

En 1.930 publica Nubes blancas: poesías, y La oración de la maestra. En 1.938 publica Tala, cuya primera parte dedicó a su madre fallecida en 1.929. Se trata de una obra de sesenta y cuatro poemas con profundas evocaciones a su infancia y a sus sueños, con ciertos tonos humorísticos y muy cuidados.

Posteriormente, la autora realiza una selección de toda su obra y la publica en 1.941 bajo el título de Antología. En 1.952 se publica nuevamente Los sonetos de la muerte y otros poemas elegíacos.

A continuación, en 1.954, publica una de sus obras más conmovedoras como es Lagar, una obra en la que la autora profundiza sobre la tristeza que le impregnaba, además tener presente la muerte, que le llevó a expresar una cierta sensación de resignación y aceptación, encontrándose con la naturaleza.

Ya póstumamente, se publicó en 1.957, la obra Recados, contando a Chile, que son una recopilación de los artículos que publicó en la revista Tiempo.

La autora fue ampliamente reconocida y admirada lo que le supuso la concesión del Premio Nobel de Literatura en el año 1.945, siendo la primera escritora iberoamericana en obtenerlo. También le fue concedido el Premio Nacional de Literatura de Chile en 1.951.

Una escritora extraordinaria e imprescindible cuya influencia se puede reconocer en obras de grandes escritores posteriores, como Octavio Paz o Pablo Neruda. La lectura de su poesía se convierte en una experiencia inolvidable.


“Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca” (Gabriela Mistral).


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