Shakespeare and Company, inolvidable
Si hay un lugar en el mundo en el que el que el universo de los libros genera un recuerdo inolvidable, éste es, sin lugar a dudas la librería Shakespeare and Company situada en la 37 Rue de la Bûcherie de París en Francia.
En los primeros años la librería estuvo situada en la 12 Rue de l'Odéon y estuvo regentada por Sylvia Beach entre los años 1.919 y 1.941. Fue un periodo en el que el establecimiento estuvo considerado como el centro de la cultura anglosajona en París y era frecuentado por escritores e intelectuales que, con posterioridad, alcanzaron gran fama como Ernest Hemingway, Ezra Pound, Man Ray, F. Scott Fitzgerald, Gertrude Stein, Samuel Beckett, Valery Larbaud, André Gide, Paul Valéry, Jacques Lacan y James Joyce. Además, aunque no era una biblioteca, creó un sistema de préstamo de libros para quien no pudiera o no quisiera adquirirlos. Precisamente, hay que destacar que Sylvia Beach fue la primera en publicar en el año 1.922 la obra Ulises de James Joyce que fue prohibida en Estados Unidos y en Inglaterra. Se cuenta que en 1.941 esta librera tuvo que cerrar la librería ante la amenaza de un oficial nazi de confiscarle todos sus fondos, tras negarse a venderle a éste, el último ejemplar de la obra Finnegans Wake de James Joyce. Sylvia Beach fue arrestada e internada seis meses en un campo de concentración. En 1.956, la librera publicó un libro de memorias bajo el mismo título que el nombre de la librería en el que relató el movimiento cultural de su época.
En 1.951 la historia continúa cuando el estadounidense George Whitman inaguró, en su actual ubicación, una librería que inicialmente se llamó Le Mistral y que se convirtió en el centro de la vida cultural de París siendo frecuentado por autores tales como Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti, Gregory Corso y William Burroughs.
En 1.963 este librero adquirió los fondos de la librería de Sylvia Beach y, con el fallecimiento de ésta, decidió llamar a su librería como la inicial Shakespeare and Company como homenaje a la continuidad de la memoria de la librera. George Whitman vivió en los pisos superiores de la librería y estableció un sistema mediante el cual los visitantes se podían alojar en el local a cambio de hacer algunos turnos en el establecimiento.
Legendaria, impresionante, inolvidable, un lugar único que no se puede dejar de visitar si se viaja a París y uno es un enamorado de los libros para dejarse impresionar por las decenas de volúmenes apilados en numerosos estantes y por el ambiente sombrío del interior del local que le otorga un aire misterioso y en el que se sienten las aventuras que se encierran en este establecimiento y en el que se percibe el espíritu de todos aquellos que han pasado por allí. Una emoción sin igual.
