top of page
Posts Destacados

Francisco Nieva, la visión del teatro

  • Agustín Puente
  • 20 nov 2016
  • 2 Min. de lectura

El día 10 de noviembre hemos conocido el fallecimiento de un grande de la escena, como es, Francisco Morales Nieva (Valdepeñas 1924 - Madrid 2016). Un artista teatral aunque su trayectoria se desarrolló como dramaturgo, siendo autor, director y escenógrafo. En su juventud se traslada a Madrid para estudiar pintura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Desde 1.948 hasta 1.963 traslada su residencia a París, donde se embebió de las corrientes literarias del momento, tomando contacto con autores como Ionesco, Beckett y Adamov.

De vuelta a España, en 1.971, publica su primera obra Es bueno no tener cabeza. Posteriormente, publica otras obras como Tórtolas, crepúsculo y... telón (1972), El combate de Ópalos y Tasia (1972), Pelo de tormenta (1973), Coronada y el toro (1974) y Teatro furioso y Teatro de farsa y calamidad (1975), Tirante el Blanco (1987), No es verdad y Te quiero, zorra (1988), Corazón de arpía (1989), El baile de los ardientes (1990) y Los españoles bajo tierra (1992).

También en esa época publica títulos de narrativa como El viaje a Pantaélica (1994), Granada de las mil noches (1994), La llama vestida de negro (1995) y Oceánida (1996).

Su obras completas se han recogido en dos tomos publicados en 2.007. Su última obra Salvador Rosa se publicó y representó en 2.015.

Francisco Nieva ha sido miembro de la Real Academia Española ocupando el sillón J. Elegido el 17 de abril de 1986. Tomó posesión el 29 de abril de 1990 con el discurso titulado Esencia y paradigma del género chico. Le respondió, en nombre de la corporación, Carlos Bousoño. También ha recibido importantes galardones como el Premio Nacional de Teatro (1980), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1992), el Premio Nacional de Literatura Dramática (1992), la Medalla de Oro al Mérito de la Bellas Artes (1996), el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid (2007) , el Premio Corral de Comedias del Festival de Almagro (2010) y el Premio Valle-Inclán (2011).

En definitiva, era un autor por el que en sus venas corría sangre de teatro, un visionario de la escena teatral, que siempre intentó fusionar lo convencional y lo corriente mediante un estilo muy sencillo e imaginativo que nos hace que sus obras sean muy cercanas y vitalistas.

Su pasión le llevó a estar en activo hasta sus últimos años, siempre presente como un referente del mundo del teatro y aunque nos deja un vacío imposible de llenar, también nos deja un gran número de obras y un recuerdo imborrable para siempre.


 
 
 

Comments


Posts Recientes
Búsqueda por Tags
Síguenos

© 2017 por La clave, agencia literaria

bottom of page