Dario Fo o el arte del azote
Justo en el día en que otorgaba el Premio Nobel de Literatura 2.016, el 13 de octubre, se ha conocido el fallecimiento de otro Premio Nobel, el de Literatura de 1.997. Estamos hablando de Darío Fo (Sangiano 1926 - Milán 1916). Se trató de un autor incomodo, irreverente, crítico y un azote permanente contra el poder político lo que le granjeó diversas enemistades que se han mantenido hasta este momento.
Estudió en la Academia de Bellas Artes de Milán, dedicando, posteriormente, su actividad a la producción teatral. llegando a crear el grupo de teatro Nueva Scena. También trabajó como actor satírico en la RAI, la televisión italiana, con muchos textos creados por él mismo.
Autor de más de un centenar de obras. Destacan algunas como Mistero buffo (Misterio cómico) que se convirtió en una de las representaciones más controvertidas llevando a obtener la más feroz crítica del Vaticano y fue representada por primera vez en 1.969. En esta obra se recogen un conjunto de monólogos que se permiten una reinterpretación de pasajes y episodios bíblicos y de la vida de Jesus, todo ello en clave de sátira, de ahí las críticas vaticanas.
Otra de sus obras más conocidas es Muerte accidental de un anarquista (1970) que trata la historia de un loco que se hace pasar por juez en una comisaría de Milán.
Igualmente importante fue su obra Aquí no paga nadie (1974) que narra la historia de dos amas de casa humildes que desvalijan un supermercado llevándose todas las mercancías que pueden sin pagar.
En 1.990 publica El papa y la bruja que narra la historia de un Papa polaco que promulga una encíclica a favor de la liberalización de la droga, el uso de anticonceptivos y el retorno de la Iglesia a la pobreza.
Todas estas peculiaridades, de un escritor tan personal y controvertido fue lo que llevó a la Academia Sueca a concederle en 1.997, el Premio Nobel de Literatura, lo que supuso su consagración y reconocimiento mundiales.
Realmente, Darío Fo fue un reconocido activista político de izquierdas que atacaba y criticaba continuamente sin piedad a la política italiana y a la religión, lo que supuso que sufriera varios episodios de censura, ya que le gustaba crear polémicas mediante la sátira y la burla de estos poderes. Pero, con independencia de estos aspectos, lo cierto es que la obra de este autor es extraordinariamente interesante y, sin que deba entrarse en otras valoraciones, también es muy alegre y divertida.
