El triunfo de la supervivencia...
En estos días, concretamente, el 31 de marzo, hemos conocido que se ha producido el fallecimiento de un escritor que por su singularidad se puede calificar como único y que merece rendirle homenaje y recuerdo. Se trata del escritor húngaro Imre Kertész (Budapest 1929 - Budapest 2016). Sin embargo, en un primer momento, no fue un autor reconocido y tuvo que dedicarse a las más variadas profesiones para sobrevivir, como fue la de periodista, letrista de música, guionista de publicidad o traductor.
Este escritor vivió, como muchos, el drama del holocausto en su propia persona. A los quince años fue deportado al campo de concentración de Auschwitz (Cracovia) y luego a Buchenwald (Alemania) lo que marcaría profundamente su existencia.
En 1.975 escribió el enorme libro titulado Sin destino, su primera novela. Es una obra extraordinaria que, precisamente, narra las vivencias de un adolescente húngaro y judio en los últimos años de la segunda guerra mundial. Este muchacho llega a Alemania para trabajar y desarrollar su vida, vivir una aventura y practicar alemán. Sin embargo, en la estación de Auschwitz es retenido, tras confesar que tiene 16 años, y enviado a los campos de concentración en los que estuvo el autor. Imre Kertész elabora un trabajo impresionante en este libro, que no pretende ser autobiográfico, aunque no deje de recordarnos lo que vivió en su propia experiencia, para centrarse, con una magistral objetividad, en la descripción y horror de los campos de exterminio. Hay que decir que tardó trece años en escribirla.
No volvería a publicar una nueva obra hasta 1.988 que fue Fiasco que habla de sus vivencias en la época estanilista. Otras obras suyas fueron Kaddish por el hijo no nacido (1990), La bandera británica (1991), Diario de Galera (1992), Acta notarial (1993), Yo, otro, crónica del cambio (1997), Un instante de silencio en el paredón (1998), La lengua exiliada (2001), Liquidación (2003) o Cartas a Eva Haldimann (2009). En ninguna de ellas volvería a tratar el tema del holocausto.
Su reconocimiento fue ya en los últimos años, sobre todo a partir de los noventa, en que comenzó a tener gran valoración en Alemania, mientras que en su país, Hungría, fue oscurecido y rechazado por las autoridades. En el año 2.002 le llega su gran reconocimiento mediante la concesión del Premio Nobel de Literatura.
En definitiva, un gran autor, que fue un superviviente. Le rendimos todo homenaje y animamos a leer sus libros y aseguramos que la lectura de su gran obra Sin destino dejará huella en el lector.