Cuando el pensamiento pervive
- Agustín Puente
- 18 feb 2016
- 2 Min. de lectura
El día 6 de febrero se ha conmemorado el 25 aniversario del fallecimiento de una de las pensadoras más importantes del siglo XX, como es María Zambrano Alarcón (Velez, Málaga 1907 - Madrid 1991). Fue una ensayista y una filósofa clave en el desarrollo del pensamiento español.
Entre su profesiones ejerció de profesora en la Universidad Central de Madrid en 1.931, como colaboradora de la cátedra de Metafísica del filósofo Xavier Zubiri. También fue colaboradora de José Ortega y Gasset. Igualmente colaboró en publicaciones como la Revista de Occidente, la Hoja Literaria y Los Cuatro Vientos. En 1.939 tomó el camino del exilio y ejerció como profesora en universidades de Cuba, Mexico y Puerto Rico.

"El corazón del hombre necesita creer algo y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer"
Posteriormente, tras residir en Italia, Francia y Suiza, regresó a España en 1.984. Fue también una brillante conferenciante y ávida tertuliana. Recibió importantes reconocimientos y premios al final de su vida como el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1.981 y el Cervantes en 1.988.
Su pensamiento filófico giró en torno a la preocupación de los problemas cotidianos y los principios morales y actuaciones de conducta que llevan a abordar su solución. Para ello, considera la existencia de tres métodos de razonamiento: el cotidiano referente a la creación de la persona, considerando que el propio hombre es el problema fundamental para el hombre, el mediador que viene dado por la necesidad del profundo diálogo entre el ser y el entorno y el poético como método adecuado para su última finalidad que es la creación de la persona. Para María Zambrano la filosofía es un acontecimiento y no sólo un problema y pensaba que los problemas filosóficos no son sólo problemas técnicos sino más bien símbolos o misterios que hay que desvelar y que esos misterios a desvelar deben estar siempre relacionados con las cuestiones de transcendencia. Mostró su interés por la relación entre lo divino y lo humano sabiendo, anticipadamente, que esos intentos filosóficos de descifrarlos nunca podrán ser resueltos por la propia esencia transcendente que encierran. Para ella el racionalismo es expresión de la voluntad del ser, la realidad ha de ser transparente a la razón, ha de ser una e inteligible.
Escribió un gran número de obras entre las que destacan Horizonte del liberalismo (1930), Filosofía y Poesía (1939), Pensamiento y poesía en la vida española (1939), La agonía de Europa (1945), Hacia un saber del alma (1950), El hombre y lo divino (1955), El sueño creador (1965) y De la aurora (1986).
En definitiva, una pensadora influyente y fundamental para comprender la evolución del pensamiento del siglo pasado hasta nuestros días.
コメント